Por Consuelo Sáenz
A la luz de nuestra actualidad, ¿cómo se interpreta la empoderada frase de
Simone de Beauvoir “No se nace mujer, se llega a serlo”?
La escuché por primera vez cuando cursaba el primer semestre de la licenciatura
en sociología. Mi crianza y pureza con olor a fresa, supo interpretar la frase por lo
que escuchaba en las canciones de balada pop romántica como las de Julio
Iglesias:
“Fuiste mía sólo mía, mía mía
cuando tus labios de niña
mis labios los estrenaban”.
O con Pedro Infante y aquella letra maravillosa:
“Si has pensado dejar mi cariño
recuerda el camino donde te encontré
si has pensado cambiar tu destino
recuerda un poquito quien te hizo mujer”.
Y ni qué decir de la icónica frase del “Indio” Fernández a María Félix en la película
La cucaracha. El indio muy machote le lleva hasta sus aposentos un ramo de
flores, una botella “del caro” y su zarape “que le gustó de veinte pesos”. La Doña
lo rechaza y abofetea, él le ordena:
“Desnúdese, ahora va a ser mujer ¡Desnúdese!”.
Cuando otrora, fuimos niñas que soñábamos con recibir el beso y el abrazo del
hombre amado que nos convertiría en mujeres. El mito de Andrógina, la búsqueda
de la otra mitad y complemento. La eterna promesa del amor verdadero.
Lejos pero lejísimos estaba de imaginarme que la autora disertaba desde una
postura intelectual y filosófica. Simone de Beauvoir resumió que hombres y
mujeres son condenados a representar un rol social que poco o nada tiene que ver
con el sexo asignado desde el nacimiento. Que somos algo así como animales
domesticados por los imperativos del entorno social, moral y religioso que subyace
en las distintas culturas alrededor del mundo. Mi capisci?
Con el 8M no se reivindica ningún derecho, porque la mujer
biológica está siendo invisivilizada a favor de las mujeres trans
“Mi hija me dijo que iba al baño y ningún hombre necesita estar allí, ¿me
entiendes? Eres un hombre, actúa como hombre”. Le advirtió un padre de familia a
una persona trans que pretendía entrar al baño de mujeres cuando su pequeña
hija de diez años se encontraba adentro.
La advertencia fue captada en video y se volvió viral en unas cuantas horas. Hubo
personas que aplaudieron la posición del padre y otros que le reprocharon mostrar
su dominio patriarcal y vergonzoso conservadurismo fife y facha, ¡pues lo de hoy
es autopercibirse como te venga en gana! No existen imposibles, si lo piensas lo
creas. Y así, con semejante pensamiento mágico vemos desfilar cada fenómeno
que, bajo promesas de campaña y con el permiso de la elite política, se
empoderan por encima de las mismas mujeres biológicas, arrebatándonos los
espacios que con esfuerzos y largas luchas, las mujeres occidentales ya
disfrutamos. ¿Por cuánto tiempo?
La historia universal de las mujeres ha sido ser echadas a un lado, invisibilizadas y
casi no existir en los asuntos concernientes a las decisiones políticas y sociales,
vamos, el llamado Pacto social se firmó sin nosotras, eso es verdad. (Y no, no
vengo a victimizarme, me choca ir por la vida de pobrecita y miserable y de
presumir que soy más buena que el pan por haber nacido mujer). No conformes
con lo antes dicho, ahora resulta que las mujeres tendremos que aguantarnos el
ser borradas también ¡biológicamente! porque ya no se puede responder con
elocuencia por miedo a ser tachado de homofóbico y conservador.
What is a woman?
El activista, escritor y columnista estadounidense Matt Walsh llevó a la pantalla
chica el documental What is a woman? (¿Qué es una mujer?) en el 2022.
Walsh quiso poner sobre la mesa de análisis cuál es el significado de mujer para
sus entrevistados, entre los que se encontraban: un pediatra, un psiquiatra, un
terapeuta familiar, un profesor de estudios de género, un cirujano de afirmación de
género, una persona de la tercera edad transgénero y al mismo Jordan Peterson,
psicólogo y terapeuta canadiense, entre otros. A simple vista y por sentido común
–el menos común de los sentidos- la pregunta básica fue: ¿Qué es una mujer?
Las respuestas más estrambóticas y disparatadas las pueden escuchar en el
documental. Ser mujer en pleno siglo XXI es ser cualquier cosa que te haga sentir
mujer, puede ser un sentimiento, el vestir de rosa, que te gusten las flores, que
llores con una escena romántica. Es la apropiación de roles que sólo representan
al sexo femenino y por el que las feministas de la primera y segunda ola lucharon
por revertir.
Roles o modelos típicamente femeninos sirven ahora como un disfraz para
apropiarse de nuestra personalidad y ¡para colmo! ser protegidos bajo leyes
espurias.
Es el caso de España, donde fue aprobada la Ley trans en febrero de 2023.
Siguiendo el ejemplo de otros países como Portugal, Grecia, Irlanda, Dinamarca,
Suecia, Noruega y argentina.
Ángeles Álvarez, exdiputada del PSOE y activista feminista responde a ¿por qué
estar en contra de la ley trans?
Los riesgos de lo que se viene a negar con esa ley: bajo la etiqueta “trans” es
negar y anular el sexo como realidad y como categoría jurídica, en dos aspectos
fundamentales:
a) Supone la libre autodeterminación del sexo, es una de las trampas que nos
están haciendo. Es decir, la libre autodeterminación de género viene a
legislar la subjetividad y niega la realidad biológica. La Ley trans lo que
hace es utilizar sinonímicamente sexo y género y cuando habla de
“autodeterminación de género en realidad está refiriéndose a la
autodeterminación del género.
b) Y eso viene a suponer eliminar esta categoría biológica como algo
constatable en términos jurídicos.
La escritora española Lucia Etxebarria, ganadora del Premio Planeta 2004 es otra
de las que ha protestado contra la Ley trans: “Mi hija es sorda y ha tardado tres
años en que le reconozcan algo que es visible a simple vista y resulta que, ahora,
una persona, se puede autoidentificar como hombre o como mujer sin más”.
En México no se cantan mal las rancheras. Todos los candidatos y candidatas por
la silla presidencial están en línea con la llamada agenda del género. No importa si
son de derecha o de izquierda, todos van a favor del aborto, con el apoyo en
transición para los niños trans y sacar más leyes “paraguas” que blindan a dichas
minorías en lugar de ofrecer servicios psicológicos para la disforia de género.
Pues se piensa en penalizar a los profesionales de la salud que ofrezcan cualquier
terapia de conversión, también conocidas como ECOSIG (Esfuerzos Para Corregir
la Orientación Sexual e Identidad de Género).
Ser mujer no es un sentimiento, no es un disfraz. Nuestra lucha como mujeres
está en no perder de vista que haber nacido mujer es lo que ha dado la brújula al
movimiento real del feminismo. Nuestra nueva lucha será en contra de toda
discriminación hacia nosotras que resulte de la sustitución de la categoría SEXO
por IDENTIDAD DE GÉNERO. El género es el enemigo, y hasta que no se
reivindique el derecho fundamental de haber nacido mujer, hasta que no se
reivindique y se reconozca nuestro sexo biológico, las marchas del 8M habrán
perdido todo significado y respeto.
Para más información visita:
Contra el Borrado de las Mujeres. Alianza feminista por los derechos de las
mujeres basados en el sexo https://contraelborradodelasmujeres.org/
Excelente exposición analítica!