CORAJE PRESIDENCIAL.
Cuauhtémoc Monreal Rocha
El exceso de cólera engendra la locura. Epicteto de Frigia, filósofo griego.
Al no ser psiquiatras, no sabemos a ciencia cierta, si el presidente electo de USA, está loco o no, allá él; el tipo, cuerdo o no, calificó a los cárteles mexicanos como terroristas lo que motivó que Claudia, montará en cólera y sacará relucir la soberanía, el himno nacional y cuánto símbolo patrio le vino a la mente, incluyendo la sobada soberanía que, como la Constitución Mexicana, no hay un santo día de Dios, que sean violadas, tanto por los gobernantes que padecemos, como por todos los grupos delictivos, quienes controlan, carreteras, caminos, veredas, brechas, ciudades, pueblos y rancherías.
Todos estos grupos delincuenciales, son el nuevo masiosare que con su planta profanan a lo largo y a lo ancho, el suelo patrio que poco falta para que definitivamente sea de su propiedad, aunque en honor a la verdad, parece que Omar García H., está decidido a entablar una lucha permanente contra estos grupos criminales y hasta el momento, está reflejando una buena imagén, que ya se le comienza a reconocer. Ojalá así siga.
No sabemos por qué se enoja la doctora, si porque Trump es bocón por eso de los aranceles o porque acusa a los cárteles autóctonos de terroristas, sólo que ya son varios los berrinches que hace la Señora Presidente, siendo el penúltimo, el que hace días le causara el pasquín yanqui The New York Times, al publicar un reportaje que versa sobre la producción de fentanilo en México, que escribe su nombre con la X, como la que está en la plaza de "La Mexicanidad", en esta tierra del Bravo.
Por qué ese coraje presidencial y por qué desde la tribuna mañanera, la señora Presidenta con "A", le contesta al descocado del Trump y al diario neoyorquino, desdibujando su imagen presidencial; tiene muchos ayudantes para que lo hagan, allí está Ebrad y de la Fuente, por citar solo dos; opinamos que es mejor que el gobierno mexicano, se ponga a investigar quienes producen el fentanilo en México y quién lo pone en la frontera, así como quién lo recibe de aquel lado y lo distribuye, pues en ambas fronteras, las puertas giratorias aduanales, están a todo lo que dan.
No se puede tapar el sol con un dedo, en México, sí señor, señora, se produce fentanilo y los criminales, organizados o no, siguen sembrando terror en la indefensa sociedad mexicana. Vale.
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