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Superficie de mármol
Foto del escritorAPCJ

Javier Milei, presidente de la Argentina, desafía al Foro Económico Mundial.


Consuelo Sáenz


Milei se plantó en el pódium de la reunión anual 54ª del Foro Económico Mundial en Davos donde abordó temas económicos, culturales, demográficos y antropológicos. Sin embargo “más allá de las palabras, su gestión tendrá que evaluarse con hechos”.   

El presidente Milei se plantó seguro, desafiante con un discurso matador, claro, directo y sin titubeos en contra de los globalistas, en contra de los impulsores de “la pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer”, en contra de los burócratas, en contra de los socialistas y los neomarxistas.  

Con ese cabello estiloso, sus gafas a medio tabique que de cuando en cuando, alzando la mirada del discurso escrito de 18 cuartillas, confrontaba a la cara a sus detractores:

“Hoy estoy acá para decirles que occidente está en peligro. Está en peligro porque aquellos, que supuestamente, deben defender los valores de occidente se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y en consecuencia a la pobreza”.

¿A qué socialismo se refiere? No existe la unión soviética, no existe el modelo estatista-comunista como se dio en su momento, pero existe el socialismo corporativo, que en palabras del doctor en Filosofía política por la Universidad de Carleton en Canadá, Pablo Muñoz Iturrrieta, es un sistema que trabaja en conjunción con el estado y empresas privadas como Amazon o Google. Las grandes corporaciones internacionales. Un sistema económico y político bajo el cual un monopolio corporativo o tal vez un conjunto de monopolios que toman el lugar de lo que, en antaño, pasaba con un monopolio estatal socialista. Y de esa manera eliminan la competencia y controlan toda la producción.

Los valores de occidente que están en peligro para el presidente argentino son la familia, la vida, la libertad y la propiedad, que se han visto fuertemente amenazados por el feminismo radical, los institutos para la mujer y la campaña del aborto:

“La primera de estas nuevas batallas fue la pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer. El libertarismo ya establece la igualdad entre los sexos. La piedra fundacional de nuestro credo dice que todos los hombres somos creados iguales, que todos tenemos los mismos derechos inalienables otorgados por el creador: la vida, la libertad y la propiedad. En lo único que devino esa agenda del feminismo radical es la mayor la mayor intervención del estado para entorpecer el proceso económico. Darle trabajo a burócratas que no le aportaron nada a la sociedad, sea en formato de ministerios de la mujer, organismos internacionales dedicados a promover esta agenda”.   

 

Otra de las cuestiones que rebatió Milei es el hecho de culpar al ser humano del cambio climático. El ser humano como principal factor del problema. Denunció el filicidio, el asesinato de un hijo en el vientre de su madre. Occidente está en peligro por esto y muchas cosas más impuestas por agendas “sangrientas”:

“Otro de los conflictos que los socialistas plantean es el hombre contra la naturaleza. Sostiene que los seres humanos dañamos el planeta y que debe ser protegido a toda costa, incluso, llegando a abogar por mecanismos de control poblacional o la agenda sangrienta del aborto. Lamentablemente estas ideas nocivas han permeado fuertemente nuestra sociedad. Los neomarxistas han sabido cooptar el sentido común de occidente. Lograron esto gracias a la apropiación de los medios de comunicación, de la cultura, de las universidades, y sí, también de los organismos internacionales. Éste último caso es el más grave, tal vez, porque se trata de instituciones que tienen enorme influencia en las decisiones políticas y económicas de los países”.

Milei defendió el capitalismo y a los empresarios:

“Quienes promueven la justicia social parten de la idea de que el conjunto de la economía es una torta que se puede repartir de una manera distinta, pero esa torta no está dada, es riqueza que se va generando en lo que, por ejemplo, Israel Kirzner llama “un proceso de descubrimiento de mercado”. Si el bien o servicio que ofrece una empresa no es deseado esa empresa quiebra a menos se adecue a lo que el mercado le está demandando. Si genera un buen producto de buena calidad a un buen precio y atractivo le va a ir bien y va a producir más. De modo que el mercado es un proceso de descubrimiento del cual el capitalista encuentra sobre la marcha el rumbo correcto. Pero si el estado castiga al capitalista por tener éxito y lo bloquea en este proceso de descubrimiento destruye sus incentivos y la consecuencia de eso es que va a producir menos y la torta será más chica, generando perjuicios para el conjunto de la sociedad. El colectivismo al inhibir estos procesos de descubrimiento y al dificultar la apropiación de lo descubierto, ata al emprendedor de las manos y le imposibilita a producir mejores bienes y ofrecer mejores servicios a un mejor precio. ¿Cómo puede ser, entonces, que desde la academia los organismos internacionales, la política y la teoría económica se demonice un sistema económico que no solo ha sacado la pobreza más extrema el 90% de la población mundial y lo hace cada vez más rápido sino que además es justo y moralmente superior”. 

 

Los estatistas salieron a defender la existencia del estado. Sí, el ser humano necesita un principio de gobierno y de orden, pero es una realidad que el estado actual está en un tipo de connivencia con el socialismo corporativista que se aferra a tener el control y el monopolio absoluto, convirtiéndose en una nueva forma de capitalismo, cero equitativa, y además, violenta.

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