Myrna Pastrana.
Dijeron Olé hasta que se cansaron y se despidieron del fin de la temporada de corrida de toros. Lo que tal vez ignora la inmensa mayoría, es que, en efecto, fue la última, porque dentro de pocos días se promulgará la reforma constitucional en materia de bienestar animal, la misma que prohíbe el maltrato animal.
Así pues, este viernes 22, como es costumbre, los anti taurinos se pararon afuera de la plaza a protestar por el martirio y muerte del toro mientras que, puertas adentro los taurinos con boleto pagado, festejaron la llamada fiesta brava al compás de un paso doble.
Entre los primeros, los anti taurinos no dejan de preguntarse ¿Cuál es el gusto que lleva a su contraparte a convertir este espectáculo en un divertimento? y no solo para adultos sino para toda la familia, niños incluidos. Por eso y a manera de ensayo, expondremos algunas posibles respuestas:
Tal vez, porque en las figuras del toro y el torero en plena acción, el uno luchando por su vida y el otro o sea el matador, único conocedor del final de la película, perciban el arte que les hace vibrar de emoción. A lo mejor el encuentro entre los dos protagonistas, tan desigual a todas luces es lo que van buscando y aunque no se esté de acuerdo, su gusto es muy respetable.
Habrá entre los taurinos tan incomprendidos por su extraña afición a ver morir a un animal, quien se piense pertenecer a ese pequeñísimo y selecto grupo de personas dentro del conglomerado social de 120 millones de mexicanos que habitamos este país; en este comparativo, son pocos en realidad quienes gustan de presenciar el vía crucis del astado, desde que los picadores hunden la puya de su garrocha en el cuerpo del animal hasta que el infeliz como salvación a su infortunio, recibe la estocada final. Pero como luego se dice “en gustos se rompen géneros”, pero también, pero también, se acaban tradiciones, con mayor razón, si conllevan dolor y sufrimiento y aún más si lo dice la mismísima Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Por ello, como decimos al principio, en este país estamos a punto de estrenar una nueva forma de tratar a los animales como lo que son: seres sintientes y por tanto sujetos de derechos, herramientas suficientes para evitar cualquier intento de divertimento por parte del ser humano, trátese de toros, gallos, perros y un largo etcétera.
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