EL BUEN TOREO.
Manolo de la Laguna
El D I F acaba de crear un nuevo curso para viejos (as) de más de 75 años 75, el cual consiste en enseñar a los seniles y senilas, cómo levantar las llaves del suelo sin morir en el intento. Interesados ya pueden participar en este curso, en sus respectivas ciudades, pueblo y rancherías, siempre y cuando exista el D I F.
La temporada chica en la monumental plaza de toros México, como el mundo, sigue su marcha, siguen sus festejos novilleriles, con tardes lluviosas (nos imaginamos) y poca, muy poca gente en los tendidos; se han cortado orejas, ha habido leves cornadas afortunadamente, pero el mundillo taurino en la capital del país, se mueve, se mueve.
Todo iba en calma en este serial de novilladas en el gran coso de la colonia Noche Buena y de pronto, en la sexta novillada, surge un rayo de esperanza que refresque la baraja taurina mexicana, que tanta falta le hace, a lo que queda de la bella fiesta en esta tierra Azteca, donde la historia taurina nacional, tiene grandes figuras de la torería.
No podemos aferrarnos al pasado, lo que fue ya fue, para eso existe la historia, donde se plasma, lo mejor y lo peor de épocas pasadas; sin embargo, en nuestra inosencia, creemos que el mundo de los toros, concretamente en nuestro país, debe hacerse realidad aquello de... renovarse o morir.
Y tal parece que la sentencia puede hacerse realidad en un jóven novillero mexicano que, aunque ya tiene, como cristiano, 23 años 23 de andar en este valle de lágrimas, tiene hechuras de torero bueno, pues apunta el buen toreo; así lo demostró en la sexta novillada del embudo capitalino, logrando, no sólo entusiasmar a la parroquia, sino salir a hombros y por la puerta grande, como hacía tiempo no lo había logrado ningún novillero mexica.
El nombre de este jovenzuelo, porque aún lo es, es Bruno Aloi, quien demostrando su clase, hechura y empaque taurino, aprendido en las escuelas españolas a donde nuevamente regresará, logró cortarle, en su debute en el coso de Los Insurgentes, las dos orejas al novillo "Ya Merito" de la ganadería de Campo Hermoso.
Resumiendo: En Bruno Aloi, hay sangre torera, así lo confirman sus genes familiares; quizá tome la alternativa en España y venga y la confirme, como debe ser, en la plaza México, convertido en un torero con cartel, que llene los tendidos de la plaza más grande y cómoda del mundo y con los años, logre el título de figura del toreo y el grado de Maestro de la torería aztca y española. Por qué no. Vale.
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